SAN ALBERTO MAGNO (c. 1206-1280).
Teólogo, filósofo y hombre de ciencia alemán, Alberto Magno –Doctor de la Iglesia–, preparó una fabulosa colección de tratados que abarcan desde la física a la biología, de la psicología a la moral, de la política a la teología. La edición de sus obras completas realizada a finales del siglo XIX se compone de 38 gruesos volúmenes en cuarto. Dentro del tratado dedicado a los animales –De Animalibus– se encuentra un texto dedicado a las hormigas, en el que no sólo se recogen las consabidas observaciones de la antigüedad, sino que muestran al sabio alemán como un curioso experimentador. Presentamos a continuación un extracto tomado de una edición latina de 1495 (trad. de José María Gómez Durán).

San Alberto Magno
(Fresco de Tommaso da Modena, 1352)


De Animalibus


[…] Sin embargo, debido a la pequeñez de su cabeza, la hormiga tiene los ojos situados sobre ciertos apéndices en forma de cerdas [antenas] que emergen de su cabeza. La característica de dichos apéndices es que, cuando ambos son amputados, la hormiga comienza a vagar sin saber adonde se dirige, y entonces se une a cualquier otra hormiga amiga, agarrándose fuertemente, para poder volver a casa, y en tal manera quedan sujetas, que difícilmente pueden separarse […].

Hormigas de dos cabezas
(Der Naturen Bloeme, de Jacob van Maerlant, c. 1350)