Sólo para Socios:
REFLEXIONES SOBRE LA CREACIÓN DE LA AIM
Xavier Espadaler (socio nº 15)
Muchos la echaban en falta. En LaMarabunta se gestó. La fruta estaba madura. Existía voluntad. Quórum había. También ilusión. Ya era hora. Y nació.
Todo proceso biológico es apasionante de contemplar, y aquellos que implican nueva vida son de los más atractivos. Los grandes eventos evolutivos, la aparición de la célula eucariota, por ejemplo, son fruto de lo que la heterodoxa Dra. Lyn Margulis denomina simbiogénesis. Dos componentes, dispares y totalmente separados en principio, y aceptando una cierta proximidad física, consiguen mantenerse físicamente juntos, luego integrados el uno en el otro, hasta resultar un ente nuevo, con propiedades emergentes.
Unas antiguas bacterias, incluidas en la célula eucariota, resultan ser lo que conocemos como mitocondrias. Las espiroquetas, otras bacterias muy primitivas y unidas también a la célula
eucariota posiblemente han dado lugar a sus flagelos (undulipodios).
Como en un proceso cultural, múltiple, de simbiogénesis, se han unido componentes tecnológicos(internet) y aficiones y pasiones compartidas (las hormigas y su mundo). Hete aquí LaMarabunta, cosa viva entre las vivientes en esta Noosfera tiempo ha imaginada. Y a todo lo vivo, tarde o temprano, le llega la oportunidad, conveniencia o urgencia de dejar copias. La AIM es el fruto pensado, propuesto, deseado, algo temido, de una confluencia de energía y voluntades personales –también de asunción de riesgos, como en toda cosa viva.
Como desde la barrera, he asistido a la gestación ilusionada -y bastante corta por cierto; se ve que estaba clara la opción- de
Será cosa freudiana, pero me gusta interpretar que toda la movida Marabuntera y la que deseo para la recién nacida AIM, es impregnada o configurada por el objeto de interés, de estudio, de afición: por las hormigas. Si ello no es quimera, nada raro, pues, que se consigan resultados colectivos excelentes, tal como se obtienen en las sociedades de hormigas. Aunque una hormiga sola es un sinsentido biológico, lejos de mí la intención de vernos a los humanos sólo como hormigas. La persona es lo humano. Y en La Marabunta, en la AIM, la voluntad es personal. Y la capacidad de trabajo. También, en el pleno sentido sociobiológico, lo es la capacidad de invertir tiempo y energías en el quehacer colectivo (¿será que los de la Junta directiva tienen menos genes egoístas?).
En la medida en que la actividad de la AIM sea productiva, en direcciones múltiples, así pervivirá.
Nos incumbe a nosotros; nadie más nos sacará las castañas del fuego. Pero también, estoy seguro, nos encanta sacarlas aunque quemen.
Pros: sin ánimo de establecer jerarquías de valores, pienso que el mejor valor de LaMarabunta y de AIM son sus integrantes. El entusiasmo genuino y desinteresado de sus miembros es la energía que mueve ambas sociedades.
Puesto que la colectividad es numerosa y diversa en orígenes y formación, y usando el símil de la biodiversidad, cuanto más numerosa y diversa sea, más aguantará lo que depare el futuro. Proponen los ecólogos que cuantas más interacciones hay entre sus integrantes, más estable es una comunidad. O sea que, cuanto más los miembros de la AIM y LaMarabunta se digan y pregunten cosas, tanto mejor. Y se den ideas. Enseñen soluciones. Inventen problemas. Construyan proyectos. Los lleven a cabo.
Uno de los aspectos que más me llamaron la atención cuando empecé a estar en LaMarabunta fue la gran diversidad de orígenes y de formación de sus integrantes, especialmente la gran cantidad de informáticos que había. Ello ha demostrado de modo palpable lo bueno de las interacciones positivas, la sinergia que ha representado su vertiente informática, en la solución de problemas tales como el subir fotos al Foro, como hacer vínculos a otras direcciones, etc. LaMarabunta ha pervivido, estoy convencido de ello, porque muchos saben mucho de internet y sus recovecos. Ya se ha empezado a ver la excelencia de la participación de esta cohorte con elevada formación en informática y sus beneficios, en la recién nacida AIM. Y en los frutos que todos esperamos que vayan apareciendo. Es como tener las comadronas en casa. No debo olvidar que, como entomólogo, me toca a mí participar en la parte que me corresponde y devolver, en el mejor sentido evolutivo, los beneficios que ya he tenido.
Contras: derivados del modo en que nació. Y por comparación con otras sociedades -reales o ácratas- y asociaciones, que cuentan con el colchón y manta que representan instituciones como un ateneo, un Museo, una Universidad o el Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Ello suele implicar facilidades como lugares permanentes de reunión, espacio y soporte administrativo, cosas todas ellas que facilitan la vida. Algo así como el dinero, que no da la felicidad pero ayuda a vivir las penas. Es de desear que
Mi más sincera felicitación a la Junta y todos los que han hecho posible la AIM. Nos deseo tanta actividad, efectividad y larga vida como a una supercolonia de Formica lugubris (ya se sabe, muchas reinas, nidos múltiples, nula agresión entre ellos), que es, potencialmente, inmortal.
¡Larga vida a la AIM!